Cada persona es un mundo y su cabello también. De ahí que las rutinas para la salud capilar han de ajustarse lo más posible a las características particulares de cada uno. La rutina capilar no se puede personalizar hasta individualizarla, pero lo que sí que podemos hacer desde aquí es establecer una rutina capilar para tu tipo de cabello.

Pero, ¿de cuántos tipos de pelo podríamos hablar y de qué tipo es el mío? Te ayudamos a descubrirlo y a establecer una rutina capilar para tu melena.

La tipología del cabello podemos establecerla según diferentes categorías. Por ejemplo, según su forma, una melena puede ser lisa o rizada u ondulada. Por su grado de hidratación, los cabellos pueden ser grasos, secos, o sufrir una deshidratación que se traduzca en encrespamiento. Pero también podríamos clasificar los cabellos por su grosor, o referirnos al cabello como natural, cuando no lo hemos tratado químicamente con tintes o permanentes.

Las rutinas capilares tienen 3 pasos: el lavado, el tratamiento y dar textura al cabello. Hoy nos centraremos en las dos últimas, aquellas que sirven para cuidar tu pelo y en acondicionarlo para un resultado increíble y que todo el mundo te pregunte qué te haces en el pelo para llevarlo así de bien.

Como ya hemos aclarado, cada cabello tiene una tipología particular, pero concretando en las más comunes, estas son las rutinas capilares más adecuadas según los tipos de cabello.

Tal y como nos recuerda el estilista Antonio Garrido, la rutina capilar adaptada para cada tipo de cabello, incide en sus caractrísticas particulares. Por ejemplo, el cabello liso posee una menor resistencia al calor y a la tracción y puede perder el volumen fácilmente. El grosor y la textura de los cabellos finos es visiblemente menor en la parte superior de la cabeza respecto de la parte inferior.

Un cabello liso suele tender a chafarse en la zona de la raíz. Por lo tanto, lo ideal será tener una rutina que permita que el pelo se vea con más movimiento, suelto y brillante. Esas melenas que hacen volver la cabeza.

«Las personas de pelo fino parece que tienen menos cantidad de cabello, pero esa diferencia no es real. Se debe a que, si comparamos un cabello de grosor normal con uno fino, este último es aproximadamente 2 mm más delgado, lo que influye en el volumen y la firmeza.»

Los cabellos finos tienden a ensuciarse más que los gruesos, por lo que se deben lavar cuando los veamos sucios, pero cuidando su hidratación para evitar que se abran en las puntas. Por contra, tienen la ventaja de que, tratados adecuadamente, su brillo es impresionante y rebosan salud

Una melena con demasiado sebo nos puede conducir al error de lavarla de forma demasiado agresiva o prescindir de una hidratación adecuada por no querer engrasarla más. Suele darse en cabellos finos y lacios.

Es por ello que la rutina que empleemos, irá dirigida a controlar el engrasamiento del cabello y a evitar el apelmazamiento en la raíz. Pero cuidado, como nos recuerda Fermín Díaz,

«El cabello graso no siempre se debe a un exceso de producción de grasa. En los casos de cabellos finos, a veces el pelo no puede utilizar toda la grasa que segregan las glándulas sebáceas y el sobrante queda depositado en las raíces. Cuando nos tocamos demasiado el cabello, lo que hacemos es extender esa grasa a medios y a puntas, potenciando ese aspecto grasiento»

Esta rutina va dirigida a mantener nuestra sensación de limpieza durante más tiempo, dar volumen en la raíz e hidratar nuestras puntas:

Conoce todos los secretos y consejos para el cabello graso. Te los cuenta Juanjo Ruzafa en este vídeo:

Hay ciertos tipos de pelo, como el rizado que, por sus características naturales, precisa de más productos en su rutina clásica y ha de poner el foco en nutrir y protegerlo para prevenir el daño.

Fermín Díaz nos da la clave con la melena rizada:

«El cabello rizado suele ser más sensible debido a su porosidad, que impide el fácil acceso de la hidratación y a su forma circular de sus folículos pilosos, por lo que se trata de un cabello que hay que cuidar más de continuo y añadir en las rutinas factores hidratantes que mejoren su elasticidad y salud»

La rutina del cabello rizado va directa a evitar romper el pelo al peinarlo, protegerlo de las altas temperaturas que lo castigan y dar textura al rizo:

El cabello seco y aquel que ha sido teñido necesita una atención extra a la hidratación. Muchas personas creen que con ponerse una mascarilla unos minutos durante el lavado, ya es suficiente, pero no es así. Por eso es tan importante tener una rutina capilar para tu tipo de cabello.

El cabello deshidratado necesita reparación profunda, aceites que se apliquen de largos a puntas con una periodicidad unida a los lavados.

«El cabello seco es aquel que no mantiene la suficiente humedad en su interior para mantener su textura y brillo normales. Esto puede deberse a causas muy diferentes, pero cuando sucede, los pasos básicos han de dirigirse a la nutrición, la hidratación y la protección de los efectos del calor extremo»

Fermín Díaz apuesta por un cuidado continuo, no esporádico cuando ya vemos que la sequedad se nos ha ido de las manos y su consejo pasa por la utilización de estos tres productos: