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La navaja es una de las herramientas de peluquería más antiguas y comunes. Los primeros relatos se registran alrededor del 3000 a.C. cuando usaban navajas de cobre en el antiguo Egipto y la India. Por supuesto, no se parecían a las navajas modernas. Eran herramientas difíciles de manejar que parecían más un implemento agrícola que una herramienta de aseo. Sin embargo, hicieron bien su trabajo y, durante siglos, se convirtieron en la plantilla de diseño básica.
En el siglo XVI el diseño empezó a evolucionar con la introducción de la navaja recta plegable fabricada con acero plateado. Con ella se obtenía mejores resultados y el corte era más fácil, pero eran herramientas que solo los barberos podían utilizar.
Hasta que el afeitado en los hombres pasó a estar de moda a principios del siglo XX. Este hábito se atribuye a los requisitos del ejército. Los soldados se vieron obligados a afeitarse durante la Primera Guerra Mundial para poder usar máscaras antigás ajustadas y protegerse durante la guerra química. Desde ese momento, la tecnología usada empezó a mejorar hasta la actualidad, donde vemos las navajas desechables más sofisticadas en los expositores para peluquería.
Afeitar con una sola hoja es más eficiente porque corta el vello facial de cerca sin crear más fricción de la necesaria. Lo que significa menos posibilidades de tener una erupción cutánea después de afeitarse. Las navajas son excelentes para dar forma a la barba, porque puedes ver y controlar dónde estás cortando desde distintos ángulos. No obstante, existen muchas cuchillas que también se utilizan para el corte del cabello. No todas son rectas. Las de superficie dentada permiten pulir contornos y realizar desfilados sin dañar la piel.
En general, se recomienda afeitar cada dos o tres días si se desea un acabado limpio; de tres a cinco días si simplemente quieres peinar o recortar. La rapidez con que crece el cabello también depende de la persona. Las cuchillas deben cambiarse temporalmente, ya que con el tiempo pierden precisión. No obstante, son fáciles de reciclar porque se fabrican con acero inoxidable.
El afeitado manual o en húmedo implica enjabonar el área con jabón, crema de afeitar o gel antes de afeitarse con una navaja.
Si estás pensando en probarlo en casa, debes prestar atención al clásico consejo de entrenamiento de la escuela de barbero antes de poner la cuchilla en contacto con tu piel: infla un globo, cúbrelo con crema de afeitar y afeita con la navaja. Si haces estallar el globo, probablemente te vayas a cortar.