Los 7 pecados capitales contra el pelo rizado
El pelo rizado tiene vida por sí mismo. Normalmente tiene más proteína que un cabello liso y, dependiendo de su textura, suele ser más propenso al encrespamiento. Por su estructura, suele ser más difícil de manejar, tiene tendencia a la rotura y es más sensible al sol. No caigas en la tentación y líbrate de los pecados capitales para lucir unos rizos perfectos y sanos. Amén.
LA IRA: Negación vehemente de la verdad
No te desquites con tu cabello. Desenrédalo delicadamente con la ayuda de un peine ancho antes de lavar y evita cepillarlo constantemente. A la hora de dormir también evita dejar tu cabello suelto. Recógelo en una coleta o trenza sin realizar mucha tensión y así evitarás que el cabello se enrede durante la noche. Dormir con una funda de almohada de seda también ayudará a combatir el efecto «frizz» en tu cabello.
LA ENVIDIA: Adquirir o desear cosas que tienen terceras personas
No trates tu pelo rizado como uno liso ni quieras convertirlo en eso. Luchar en contra de su forma natural provoca un «estrés» a este tipo de cabello. Lucirás un rizo perfecto si tratas de sacarle el mejor partido y no luchas contra él. El tipo de corte es fundamental para controlar mejor los rizos. Déjate aconsejar por un buen estilista.
LA AVARICIA: Adquirir riquezas en beneficio propio
Si me lavo el cabello a diario, lucirá más bonito. Incorrecto. La avaricia puede llevarte a que tu cabello rizado se seque aún más. Alterna los lavados, siempre utilizando un champú específico, y distribuye la grasa natural del cabello peinándolo antes de lavarlo durante unos 15 minutos. Recuerda hacerlo con suavidad y paciencia. Así evitarás un exceso de grasa en la raíz y puntas secas.
LA SOBERBIA: Deseo y convicción de ser más importante y saber más
No creas saberlo todo sobre tu cabello. Antes de seleccionar los productos para pelo rizado adecuados a tu tipo de cabello tienes que tener en cuenta tu tipo de rizo, ya que algunos son más ondulados y con una gran espiral, que normalmente están más hidratados, con una apariencia de cabello más grueso. Otros tienen rizos más cerrados y con una apariencia más fina y textura más seca, por lo que tienen una mayor tendencia a deshidratarse.
LA LUJURIA: Apetito desordenado e ilimitado de algunos placeres
Cuidado con la toalla y los lavados con demasiada energía. Al contrario del cabello grueso, con el cabello rizado hay que evitar crear fricción, ya que eso provoca mayor encrespamiento en el cabello. Sácale el exceso de humedad con la toalla antes de secarlo, pero con suavidad.
LA GULA: Excesos irracionales e innecesarios
Hay que hidratar el cabello pero no nutrirlo en exceso, al menos que haya que reparar un rizo dañado. En el pelo rizado que no está dañado hay que reponer los lípidos del cabello (que evitan la pérdida de humedad interna del cabello) con champús y mascarillas específicas que no sean nutritivas. Si en cambio el cabello está dañado, primero hay que reparar y luego cambiar a un champú menos nutritivo para mantener el nivel de hidratación correcto.
LA PEREZA: Actitud negativa frente a las obligaciones
El cuidado del cabello rizado no es fácil. Cada uno de los rizos y ondas es único, incluso en la misma cabeza y su manera de comportarse cambia a diario. Así que no te relajes y mima tu cabello con los productos que mejor le van. No te olvides también de las herramientas de peluquería correctas. Utiliza un peine específico para cabellos rizados y un difusor que no abra el rizo, sino que lo mantenga definido.
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