Tras el éxito hípster, las barberías siguen marcando tendencia
Las barberías, al igual que sus clientes, han experimentado un cambio radical. De ser un espacio en el que era más importante la velocidad y efectividad, a convertirse en todo un templo donde se crean los estilos masculinos y barbas más codiciadas. Espacios que han ido tomando forma, comprometiéndose con las exigencias de las barbas más sibaritas, incluyendo nuevos diseños, nuevas herramientas e incluso, acercando el ocio de los bares más sofisticados a este entorno de belleza masculina. Si has sido poseído por el espíritu del beard grooming, quieres conocer más sobre la evolución de las barberías y algunas curiosidades sobre la barba… ¡No puedes dejar de leer estas líneas!
Es evidente que en la actualidad el arreglo y cuidado de la barba ha tomado relevancia con la profesionalización del sector en respuesta a la (cada vez más) exigente demanda de los clientes que además de escoger la barba como una opción estética más, también la aceptan como signo de identidad.
Hoy las conocemos como barberías, pero… ¿cómo surgieron?
Pero, ¿sabes cómo surgió la primera barbería? Hace ya 2 millones de años y un poco más, en plena Edad de Piedra, alguien decidió empezar a afeitarse, con una técnica rudimentaria y con herramientas no muy profesionales (probablemente una piedra algo cortante), pero fue esa acción la que encendió la llama de una evolución precipitada. Después de que diversas civilizaciones tomasen la barba como un símbolo de respeto, estatus y respetabilidad, fueron los Romanos los encargados de apostar por la figura del tonsor, el barbero/peluquero de la época. Una profesión surgida de la batalla, ya que, la barba podía ser agarrada fácilmente y precipitar a los soldados a un trágico final. En adelante, el arreglo de la barba pasó de ser algo práctico a un elemento más decorativo. Como, por ejemplo, en el caso de Abraham Lincoln, que decidió sumarse al mundo de las barbas por petición popular, para disimular la delgadez de su rostro.
Esos fueron los primeros pasos hacia el visagismo y el estudio de las facciones que nos han traído de cabeza a nuestra actualidad. Donde la palabra barba no puede separarse de la imagen, ya estereotípica, del hípster. Una denominación derivada de la música jazz (hepcats) que traspasó al entorno de la estética. Y sobre culturas anda el tema. Porque la barba ha tomado ya esa entidad de designación y pertenencia que define a una cultura y, por tanto, necesita de profesionales y espacios adecuados a su conservación, arreglo y modificación.
Cambio de rumbo: hacia la nueva barbería
En este punto encontramos la nueva era del beard grooming en la que el espacio de la barbería como tal, se revaloriza y toma forma. ¿Qué ha cambiado?
Por un lado, encontramos la tendencia hacia la ampliación de los servicios que relacionaríamos, en un primer momento, con la barbería, que serían, básicamente el arreglo y cuidado de la barba más el corte masculino personalizado. Así pues, la barbería se vuelve un espacio multifunción, un ambiente en el que encontrar desde una sala de billar, hasta un bar al más puro estilo London Club. Una reforma que responde a la necesidad de crear un hogar, un entorno en el que poder ser tú mismo, experimentando con las nuevas tendencias en barbas con total libertad, enlazando ese momento de belleza con el ocio del fin de semana. Esta experiencia la encontramos materializada en Emilio Ballester Barber Shop, un lugar de encuentro para los amantes de la estética y del ocio a partes iguales.
Además, todo detalle es poco en las renovadas barberías, que entremezclan los rasgos clásicos del Old School con tonos modernos y un estilo industrial, donde los materiales a vista ganan peso. Unos años 50 que se desplazan a la era actual, donde las paredes se decoran con innumerables discos de vinilo, fotografías en blanco y negro, ídolos del rock e ilustraciones donde el diseño minimal toma impulso. Todo ello genera una estética en la que el mundo del tatuaje encajaría también como anillo al dedo. Una decoración atrevida, que ha trascendido en la barbería y se ha mantenido, hasta convertirse en su referencia y señal de identidad.
El futuro está en las barbas y… ¿una sala de billar?
No solo se innova en el estilo decorativo y arquitectura, sino que también las herramientas de barbería se mimetizan con el entorno. Así como el nuevo Kit Barber de Termix, que se define por la tecnología de nueva generación que incorpora y su packaging vintage, que lo diferencia y lo hace ideal para establecerse en cualquier barbería retro actual.
Es por esta singularidad que las Barber Shop no dejan de aparecer en todas las ciudades para recrearse en el cuidado de las barbas más exigentes. Por si fuera poco, la figura del barbero también toma ese estilo novedoso, en el que la atención al detalle es máxima. Se trata de la personalización de la confianza, enfundada en el clásico mandil de telas recias, que transmite simpatía envuelto por el aura del gurú más aclamado. Y esta figura acaba por enaltecer el sentido de las nuevas barberías, que aseguran un perfecto servicio y asesoramiento, pero que también priorizan la comodidad del cliente que convertirá ese tiempo en una rutina de ocio. Las barberías, como hemos apuntado, no solo integran el espacio donde se produce la magia del beard grooming, sino que tienden a ofrecer más espacios destinados a otras muchas actividades de ocio, como una refrescante barra de bar o una lujosa mesa de billar.
La importancia de lograr una combinación óptima entre decoración y atención profesional y personalizada, es tal, que incluso se desarrollan proyectos punteros como Pugilato BarberShop. La sección, perteneciente al Grupo Pugilato, tiene como tema principal la barbería. Desde reformas íntegras de locales para hacerlos encajar en el renovado estilo Old School, hasta serigrafiados y personalización de materiales como máquinas o accesorios de peluquería, pasando por workshops de tendencia sobre cortes de pelo y beard grooming. Todo un universo creado por y para dar respuestas a las necesidades de este nuevo concepto de la barbería.
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